¿Qué es una competencia? – dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul,
¿Qué es una competencia? ¿Y tú me lo preguntas? competencia… eres tú.
Competencia. Esa palabra que cualquier documento didáctico que se valore incluye. Pedagogos que nos llenamos la boca hablando de lo importante que es basarnos en un modelo didáctico y curricular basado en competencias. Leyes que nos hablan de competencias básicas. Leyes que tienen una redacción estupenda y que no se están aplicando porque no se ha puesto interés en acercar esas palabras a la realidad de las aulas, o al menos plantearse que el cambio no viene desde arriba, sino desde abajo, menos cambiar tantas leyes y más pisar un aula y ayudar al profesorado.
Desde hace varios años, a todos los niveles educativos la palabra competencia aparece, el Real Decreto de Enseñanzas Mínimas de 2006 de Educación Primaria nos habla de ellas, y el Plan Bolonia también. Desde infantil a la universidad nos llenamos la boca programando y pensando en competencias, pero ¿Realmente sabemos lo que son? no me avergüenza decir que me ha costado dos años de lectura, conversaciones y estudios, empezar a entender qué es una competencia y sobretodo qué implica en el aula.
En los distintos documentos oficiales encontramos la palabra competencia por muchos lugares:
Intentando entender todo este paradigma lo que hacemos es tratar de comprender qué es una competencia a partir de lo que ya sabemos. Y lo que más o menos sabemos es que hay varios niveles para adquirir y desarrollar un conocimiento y por tanto durante mucho tiempo hemos hablado de contenidos conceptuales (el saber), procedimentales (el saber hacer), y actitudinales (el saber ser). Los organizábamos con verbos. Grandes taxonomías de palabras nos ayudaban a entender que verbos como «conocer» hacían referencia al concepto, que verbos como «dibujar» hacían referencia a un procedimiento, y que verbos como «colaborar» hacían referencia a una actitud.
Por tanto, lo que muchos pensamos cuando nos explican lo que es una competencia es que ésta incluye esos tres niveles, el conceptual, procedimental y actitudinal como una misma cosa, porque no podemos diferenciar o clasificar como hacíamos antes en tres niveles, si no que iría todo junto, cosa que es comprensible, porque el niño tiene que conocer el ciclo del agua, dibujarlo y comprender que hay que ahorrar agua como algo relacionado, no como tareas independientes.
¿Qué es lo que hacemos por tanto en las Unidades Didácticas? eliminar la palabra conceptual, procedimental y actitudinal pero seguir formulando las cosas de la misma manera. Al final ponemos de manera muy bonita que vamos a trabajar en competencias y listo.
Sin embargo, si realmente entendemos lo que es una competencia esto no sería correcto, las últimas teorías didácticas de lo que es una competencia nos hablan de que una competencia incluye estos cinco niveles:
Vamos a poner un ejemplo. Un marinero conoce todos los nudos marineros (saber), practica en clase con cuerdas para aprender a realizarlos (saber hacer) y adquiere habilidades de trabajo colaborativo y se trabaja la responsabilidad en alta mar (saber ser). Hasta aquí lo que siempre hemos conocido. Pero, dentro de unos años, ese marinero puede encontrarse en medio de una tormenta, recordar qué es un nudo y cómo se hace, pero ser incapaz de hacerlo en ese momento. Ese es uno de los nuevos niveles que se adquieren cuando hablamos de competencias, el de conseguir resultados eficaces en situaciones reales. Es decir, que en matemáticas un niño puede entender conceptualmente qué es una suma y saber sumar porque ha estado haciendo durante todo el curso sumas en su cuadernillo Rubio, pero que luego vaya a la tienda y en una situación real no sepa aplicar la suma.
Pero ¿cómo yo profe de mates puedo conseguir trabajar este nuevo nivel? pues llevándonos al alumno a situaciones lo más posiblemente parecidas a la vida real. No quedarnos en hacer sumas en la libreta si no levantarnos del pupitre y hacer simulaciones, juego de roles como si estuviéramos en una tienda, cualquier actividad que nos permita trabajar más allá de lo tradicional.
El otro nuevo nivel hace referencia al «aprender a aprender» y al aprendizaje significativo. Este nivel lo que nos dice es algo tan básico como que tenemos que partir de la experiencia previa para entender algo, el famoso andamiaje cognitivo, el que no somos recipientes huecos. El pasar de una habilidad a una competencia, porque yo puedo tener la habilidad de hacer nudos marineros rápidamente, pero lo importante es si sabré hacerlos en esa tormenta o no.
Si llegamos a entrever lo que es una competencia deberíamos entender como no tiene sentido en planificaciones educativas hablar de contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales. El nuevo modelo debería tender a enunciar objetivos didácticos de manera adecuada y asociarles competencias, de tal modo que luego en las actividades se vea que se están trabajando todos los niveles de las mismas.
Más allá de todas estas reflexiones sobre planificación educativa, si algo hay claro y deberíamos tener en cuenta los profesores es que de una manera u otra tenemos que cambiar nuestra metodología docente, se acabó el modelo técnico de doy mi clase desde mi silla y me voy a mi casa, el mundo nos exige un cambio en todos los niveles escolares, entendamos o no entendamos lo que es una competencia está claro que es algo que va más allá de la clase tradicional.
Zabala en su artículo «La formación por competencias» describe una historia muy interesante:
«Cuenta Sgalambro (2002) que en un Congreso Internacional sobre el tema de Recognizing Learning que tuvo lugar en Halifax (Canadá) en Octubre del 2001, preguntaron a dos expertos internacionales muy conocidos que acababan de exponer sus trabajos sobre el reconocimiento de competencias que señalaran las diferencias entre competencia y habilidad (competence & skill). Para el primero de ellos la competencia era “el nivel en que se demostraba poseer una habilidad”; para el segundo la competencia era “la suma de saber, saber hacer y saber ser”. Pero a la hora de querer diferenciar claramente entre habilidad y competencia ambos se declararon incapaces».
Es decir, después de debatir durante horas los expertos dicen que no te sabrían decir muy bien como va el tema. ¿Cómo pomos pretender entonces que nuestro pobre profe de mates lo haga? Si dedicáramos más esfuerzos simplemente a entender que hay otra manera de hacer las cosas, si le dijéramos a ese profe actividades concretas que puede hacer, si le ayudáramos a entender que hay más cosas que un examen final estoy segura que sería más eficaz que seguir en debates filosóficos sobre la competencia. ¿Qué es competencia entonces? Pues competencia eres tí, competencia sois vosotros, todos los docentes que intentan ir más allá, que se forman, que colaboran, que movilizan a sus alumnos para que cuando estén en la tormenta de la vida sean capaces de hacer el nudo marinero adecuado.
Telaaaaaaaaaa !!
Todo parte del profesorado, interesante el artículo y mucho por aprender, la experiencia es importante y el enfrentamiento de saberes. Me gustaría saber más, para aplicarlo en Colombia.
Todavía me acuerdo de los nudos marineros…(Competencia eres tú, jeje, me encanta!)
Ay el famoso nudo marinero… es el ejemplo que más os gustó 🙂
Totalmente de acuerdo, más que palabras rimbombantes y órdenes abstractas, los docentes necesitamos casos y ejemplos concretos de aplicación, que nos sirvan para entender bien de qué va la cosa y poder desarrollar nuestras propias propuestas. Si no, la aplicación de la enseñanza por competencias, evaluación formativa y otras yerbas queda sólo en el nivel del enunciado, en la frase que incluimos en nuestra planificación para cumplir con la tarea que se nos pide (después nos quejamos de los alumnos 😉 ).
Por eso, y sin negar la importancia del gobierno y de la academia como fuentes del cambio, creo que también es importante que podamos aprender y nutrirnos de las prácticas de nuestros colegas. Las redes sociales nos ofrecen una excelente herramienta para eso (así llegué yo a este blog).
Pablo Demarchi
Docente
Argentina
Hola Pablo, muy interesante tu valoración. Supongo que conoces el concepto de PLE. Va muy en la línea de lo que comentas, un abrazo desde España.
Soy alumno de 1º de Pedagogía en la UMA y quería darle mi enhorabuena por este artículo, me ha parecido muy interesante y me ha ayudado a comprender el concepto de competencia. Nos lo recomendó nuestro profesor de Didáctica, y ha sido todo un acierto. Si quiere, puede seguir mi blog, aunque aún tengo mucho que aprender, pero lo considero una motivación más que un handicap. Un saludo