Lo que consiguieron ayer las futbolistas españolas es más que un mundial. El fútbol es algo más que un deporte, en España es un espacio cultural en el que las mujeres tienen poca presencia. Es un espacio físico en el patio del colegio en el que muchas niñas se sienten excluidas. Es un tema de conversación en el que te callas porque sientes que no entiendes, o porque te han hecho sentir así.
Así que es más que un mundial. Es por la niñas a las que no dejan jugar o a las que les dicen que son peores, es por las árbitros a las que les gritan que se vayan a su casa a fregar. Y es un poco por todas nosotras, que cada una con su experiencia ha sentido que el fútbol las ha ido rechazando.
A muchas nos ha gustado el fútbol de niñas o adolescentes, pero nos ha dejado de gustar conforme hemos ido creciendo por muchos motivos, relacionados con toda la parte cultural y social que mueve este deporte. Lo vas sintiendo cuando te hacen ver que tus opiniones deportivas no son válidas, porque «tú no entiendes». Cuando ves que lo socialmente aceptado para nosotras respecto al fútbol como adolescentes era asumir el rol romántico y que te pudiera gustar el fútbol porque Redondo o Morientes estaban buenos. Porque automáticamente se asumía que era cosa de chicos, y si te acercabas a ese deporte era asumiendo los patrones sociales y culturales establecidos.
De este modo, muchas nos rendimos cuando hemos ido creciendo y viendo lo que movía y nos hemos alejado de este deporte. Porque tiene valores buenos, por supuesto, pero se nos presenta mediante un modelo de negocio y un contexto social bastante machista. Así que el fútbol deja de interesarnos.
Pero, a pesar de todo eso, el deporte es deporte y afortunadamente muchas mujeres valientes reivindican su presencia en el fútbol y cada vez hay más seguidoras del mismo, más mujeres que se atreven a jugar a pesar de todos los muros que les ponen por delante. Que en vez de rendirse se han plantado para decir que estamos aquí.
Lo de ayer es el resultado de estas valientes, de las que no se rindieron en un sistema que trata en todo momento de expulsarlas. Las futbolistas de ayer no solo han ganado un mundial, han ganado un espacio en este contexto cultural y social. Y nos ha reconciliado a muchas con este deporte, nos ha hecho ver que podemos tener lugar en él, que puede ser un lugar común para tod@s.
Las acciones y comentarios de algunos señoros muy burros (por llamarlos de alguna manera) que están tratando de estropear el logro de ayer (que claro que hay que denunciar y evidenciar) no son más que reminiscencias de los que se resisten a que todo cambie. Son la evidencia de que se está avanzando y afortunadamente se presenta un mundo mejor para nuestras hij@s. Muchos niñ@s no tienen los sesgos con los que nosotr@s hemos crecido y ayer solo vieron una victoria de España, igual de emocionante que si hubiera sido la de los hombres. Y esto solo puede llevar a algo bueno, porque todo espacio que sea compartido, hará un mundo mejor para tod@s.
Gracias por reconciliarnos a muchas con este deporte.
Gracias por las niñas y adolescentes que fuimos. Gracias por las niñas y adolescentes que están y las que vendrán.
Gracias por ganar algo más que un mundial.
Imagen del Comité Olímpico español.