Hace unas semanas Sam Altman presentó la idea de los GPTs y en cuanto se activó la opción, empezamos a ver los primeros GPTs, de todo tipo, algunos interesantes, otros creativos, otros raros…
Los GPTs pueden ser personalizados por los usuarios con diferentes propósitos, por ejemplo, contextualizado en un tema u objetivo. Mediante instrucciones puedes ir especificando contenido, características, funciones, etc. Y empezamos a ver GPTs para distintos ámbitos, también el educativo. Comparto algunas reflexiones sobre la utilidad real que veo a estos GPTs personalizados y cómo considero que tenemos que abordarlos desde la educación.

La primera cuestión ¿hay hype? ¿es la cosa para tanto?.

Creo que es innegable asumir que hype, haberlo, haylo. Ahora mismo tenemos GPTs por encima de nuestras posibilidades. Pero también es cierto que esta novedad es atractiva porque permite personalizar GPT y con creatividad, nos puede ayudar a plantear ideas interesantes que pueden incluso tener aplicación educativa, siempre y cuando entendamos que la clave está en la estrategia didáctica y el tipo de tarea que desarrollemos. Por lo tanto, hay hype, sí, pero también hay algunas propuestas interesantes que no podemos obviar.

Por otro lado, creo que el hype que menciono hace que estemos forzando la creación de GPTs para hacer cosas (juegos, historias) que podemos hacer con Scratch, por ejemplo, y que, si entendemos el funcionamiento de los modelos de IA, creo que incluso tendría más sentido usar otras herramientas que andar de discusión con GPT para que haga exactamente lo que quieres. Estamos metiendo los GPTs a veces con calzador sin hacernos las preguntas claves: por qué este medio, por qué aquí y por qué ahora. Es cierto que los que tenemos acceso a la versión que permite crearlos pasamos por esa fase de prueba para ver qué permite hacer y qué no y hemos encontrado aplicaciones interesantes, pero creo que estamos olvidando algunas cosas importantes cuando hablamos del fenómeno de los GPTs.

El multiverso de los GPT

Como hemos dicho, los GPTs permiten crear versiones propias de GPT a partir de instrucciones. Esto ha abierto el multiverso de los GPTs Podemos encontrar GPTs para casi cualquier cosa: ideas para hacer la maleta en un viaje, crear tuits virales, programar, ayuda para escribir una novela, etc. En educación, también hay un boom, entre los que los planificadores curriculares, los generadores de situaciones de aprendizaje y los creadores de rúbricas de evaluación se encuentran en el top 3. Yo misma hice un GPT con la idea de ayudar a generar ideas de posibles situaciones de aprendizaje para Educación Primaria en la Región de Murcia y me sorprendió la recepción del mismo. Aquí reflexionaba un poco sobre lo que creo que implica esto, que creo que esconde un trasfondo pedagógico sobre el que hay que pensar seriamente.

Pero, creo que se nos olvida que esto no deja de ser chatGPT. Esto implica que los mecanismos subyacentes de cómo funciona este modelo siguen ahí, y por lo tanto, pueden “alucinar” y plantear sesgos. Es cierto que poder aplicar contexto y documentos ayuda, pero no podemos olvidar cómo funcionan estas herramientas. Incluso con una amplia documentación y directrices claras, puede haber casos o contextos donde los sesgos no se identifican claramente y se reflejan en las respuestas del modelo. Además, los sesgos pueden surgir también con nuestras propias instrucciones.

Como ejemplo, he estado viendo las posibilidades de crear un GPT sobre Cartago-Nova con los monumentos romanos de Cartagena, y aunque he encontrado ideas interesantes, se sigue empeñando en sacar de vez en cuando a relucir monumentos romanos que se encuentran en Roma, y no en Cartagena. Imaginad que soy docente de historia y me planteo integrarlo en clase. Podría tener consecuencias complicadas. Además de las cuestiones éticas, como el uso de datos (qué subimos a esos GPTs, por ejemplo), etc., que debemos tener también en cuenta.

Por lo tanto, si hablamos del contexto educativo, hay toda una serie de cuestiones que se deberían abordar antes de tomar esa decisión, y si lo hiciera, plantear muy bien qué quiero hacer con los estudiantes y para qué. Para empezar, contrastar todo lo que generan sigue siendo imprescindible. Esto implica dos cosas: (1) necesitamos entender cómo funcionan estos modelos y alfabetizarnos en este sentido; y (2) necesitamos plantear las bases de la tecnología educativa para tomar decisiones adecuadas a nivel didáctico. Y retomo la pregunta del principio, si lo que quieres es generar una aplicación que enseñe los monumentos romanos de Cartago-Nova ¿seguro que es un GPT la mejor idea?. Aquí tenemos una experiencia llevada a cabo por Pablo Dúo en el que se trabajan los monumentos utilizando la IA de una forma bastante interesante.

Por lo tanto, con estos GPTs creo que la clave, como todo, es el “para qué” y el “cómo”. No quiero decir que no sean útiles, hay ideas con potencial y compañeros creando algunos bastante interesantes. Además, hay una parte de “juguete nuevo” por la que todos pasamos, y es parte del proceso: experimentar y trastear, pero cuando hablemos de educación tenemos que entrar en un plano diferente y tomar decisiones fundamentadas cuando decidamos utilizarlos en nuestro trabajo. No es lo mismo, por ejemplo, plantear un GPT generador de situaciones de aprendizaje que nos de ideas, pero que nosotros contrastemos y adaptemos (y revisemos el curriculum educativo), que plantear que podemos copiar y pegar lo que nos dice porque pensemos que es infalible.

Entonces, GPTs ¿sí o no?

Por lo tanto, ¿son útiles? creo que sí. Poder personalizar tareas con GPT puede ser muy interesante, y hay algunos ejemplos (incluso algunos hechos por OpenAI) que tienen funcionalidades buenas, pero cuidado con la manera de utilizarlo en contextos educativos. A modo de ejemplo, pensé en posibilidades para mi asignatura y una de las opciones que podría plantearse sería subir el contenido de la materia y generar una especie de tutor que asesore y responda dudas. La idea parece chula, ¿verdad?. Incluso he estado probando y es relativamente útil, pero también cae en errores importantes y estamos hablando de algo tan serio como la explicación de contenidos clave de la materia, por eso este enfoque creo no es adecuado. ¿Puedo hacer que el GPT que sea más preciso? seguramente, pero considero que es más interesante un GPT, por ejemplo, que genere ideas de casos prácticos que puedo abordar con los estudiantes, a partir de contenidos abiertos sobre la asignatura y la guía docente, que plantear un modelo de tutor que necesito que sea más preciso. Si abordo la perspectiva de generador de casos prácticos, puede ser útil como punto de partida para decidir si tienen sentido esos casos prácticos y luego resolverlos en el aula consultando el contenido oficial de la materia y reflexionando sobre ellos. Es decir, la clave sería lo que comentaba antes: por qué este medio, por qué aquí, por qué ahora y para qué quiero utilizarlo. Y de nuevo, la alfabetización en entender estos modelos y los conocimientos sobre la integración didáctica de los medios son fundamentales.

Hay una última parte que tenemos que valorar también cuando hablamos de los GPTs, y es el modelo de negocio que existe con todo esto. Recordemos que ahora mismo están disponibles solo en la versión de pago, y con el jaleo que tienen por Open AI no sé muy bien cómo va a quedar lo del market place y si lo abrirán de forma pública o no. Por lo tanto, mi consejo ahora mismo es: toma decisiones basadas en el conocimiento del funcionamiento de las herramientas y fundamentadas y sustentadas en la pedagogía, que sean acordes a tu estrategia didáctica y que tengan sentido. Es importante conocer y probar, pero más importante es aún tomar buenas decisiones en el aula.

(Imagen generada con Bing (Dall-E3)).

Por admin

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